Durante mucho tiempo se ha tenido la idea errónea de que el desarrollo humano se mide solamente a través de los ingresos de un individuo, sociedad o nación, sin embargo, el desarrollo humano mide otras cuestiones como las sociales psicológicas, entre otras.
El concepto de desarrollo humano, refiriéndose a un solo individuo, puede ser algo subjetivo pero la idea general es que si una persona es plena en cuanto a las cuestiones biológicas, sociales y psicológicas dicha persona tendrá un desarrollo. Con lo mencionado anteriormente se muestra un concepto que explica que el ser humano es un ser que se desarrolla en sociedad, pero que la calidad de vida de uno mismo y que su nivel de desarrollo puede influenciar directamente a todo su entorno, el concepto biopsicosocial muestra los tres rangos más importantes en los que también se basan las necesidades principales de las personas.
Junto con el desarrollo humano se muestra la importancia de las necesidades, o mejor dicho, la importancia que tiene el poder satisfacer las necesidades pues también es un indicio que se usa para medir el desarrollo de un país, es bien sabido que los países tercermundistas carecen de los medios para que sus población pueda satisfacer sus necesidades, en cambio los países del primer mundo son aquellos en los que la gran mayoría de su población es plena.
Así pues, se da pie a otro indicador que puede servir para medir las necesidades de una persona, dicho indicador es la pirámide de las necesidades Maslow y ésta explica que existen distintos niveles de necesidades que deben de ser cumplidos y que solamente se podrá avanzar al siguiente nivel si el anterior ha sido cumplido por completo
Queda entonces claro que el desarrollo humano es
un indicador que, si bien sí mide el ingreso monetario, va más allá de
solamente analizar el desarrollo de las personas por el capital que perciben,
abarcando rangos desde lo social hasta lo psicológico, pasando obviamente por
lo biológico. Como se puede observar en la imagen anterior el crecimiento
solamente podrá ser alcanzado cumpliendo con variados rasgos, lamentablemente
se tiene la cifra de que un porcentaje pequeño de la población, menor al cinco
por ciento, ha logrado llegar a la autorrealización.
El argumento
central de estos trabajos se basa en la idea de que la medición del bienestar
no debe derivarse de indicadores “ex-post”, como lo planteaban los filósofos
utilitaristas clásicos al otorgar una importancia central al acceso a bienes y
servicios. De acuerdo con el profesor Sen, esta visión utilitarista carece de
relevancia normativa. La nueva propuesta hace énfasis en el carácter
instrumental del acceso a bienes y servicios, concibiéndolos únicamente como un
medio para poder alcanzar un plan de vida o una realización individual plena. (López, 2003,
pág. 5)
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